MIGRACIONES SOLIDARIAS
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EN LOS QUE PRIMA LA SOLIDARIDAD
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Ella es Esteher María Montenegro, tiene 47 años y es de nacionalidad venezolana. Hace 2 años llegó a Colombia debido a los conflictos económicos, políticos y sociales de su país. Gracias a la solidaridad de colombianos, tanto personas conocidas como aquellos con los que estableció una amistad, emprendió una nueva vida en el municipio de Bello, Antioquia.
Hoy, trabaja en su coche, en el que vende dulces y bebidas calientes cerca de La Choza Marco Fidel Suárez, Parque de Bello.
Marbelys Mejía y sus hijos Milan y Samuel Silva, llegaron en el mes de diciembre de 2020 a Medellín, Antioquia. Sus amigos venezolanos le brindaron vivienda y alimentos durante algunos días, luego con el arribo de su esposo se radicaron en el municipio de Bello.
En el Parque de Bello encontró una forma de recaudar dinero. Es la venta de caramelos y la ayuda de algunos transeúntes lo que permite cubrir sus necesidades con mayor facilidad.
Él es Franklin Monasterio, un joven venezolano que llegó al país en búsqueda de mayores libertades. Durante el proceso de adaptación e integración en Medellín, recibió ayudas por parte de un "parcero", quien lo recibió y enseñó la ciudad, lo inició en la venta de confites y limpia brisas y, le brindó trabajo en un puesto de comidas rápidas.
Desde su llegada se ha visto beneficiado por la solidaridad de venezolanos y colombianos.
Jhon Henry es un conductor de taxis, quién el 23 de abril de 2011 fue capturado por pertenecer a una red ilícita de trata de personas. Era transportista de migrantes, los cuales recogía en la Terminal Del Norte, ciudad de Medellín.
Su historia y conocimiento son el reflejo de un escenario carente de solidaridad, en el que la corrupción, inseguridad y dinero están de por medio de aquellos que se desplazan por el país.
Fue maestra en su país Venezuela, en Colombia realizó cursos de cocina y laboró en un restaurante. Hoy día vende dulces con su hija y cuñado por las calles de Medellín. Hace 3 años Rosmery Martínez dejó su lugar de origen para buscar un mejor futuro, no solo para ella, sino también para sus hijas y demás familiares.
En la ciudad ha recibido diversas ayudas, tanto económicas como en atención y consejos. Doña Berma, dueña del lugar donde vive le ayudó a lidiar con el dolor tras la pérdida de su esposo.
Alberto Ruíz, migrante y ex coyote colombiano a los 20 años toma la determinación de migrar a Estados Unidos. El proceso de adaptación logrado gracias al apoyo de su amigo y la comunidad latina en Miami le permitió acceder a oportunidades de trabajo en las que esta incluida su rol como coyote.
A pesar de que sus acciones eran mediadas por el dinero, en su caso la solidaridad se manifiesta con el reconocimiento de la dignidad y el respeto hacia las personas que acudían a él para llegar a Norte América.
Hector Arias fue colombiano que emigró hacia Estados Unidos sin la documentación legal. Gracias al apoyo y solidaridad de sus primeros empleadores pudo acceder a oportunidades laborales bien remuneradas con las cuales pudo adaptarse a dicho país.
Willington Arley Cano, líder de Equipo Naranja y el equipo de fútbol Semillas de Vida ha emprendido movimientos comunitarios, producto de la pandemia, con los cuales busca ayudar a las familias más vulnerables de la Comuna 13, entre las cuales se encuentran personas venezolanas.
Las voces del audio pertenecen a Edgar y Noemy, esposos que junto a su hijo residen en Colombia debido a la problemática social y económica de Venezuela. Su historia demuestra que la solidaridad puede llegar a estar limitada por aspectos legales.
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